12 Abril, 2016
Sostenibilidad. Se ha vuelto una palabra de moda en los últimos años, especialmente en la industria turística. ¿Qué significa que una empresa o actividad sea realmente sostenible? Si buscamos definiciones la mayoría coinciden en un desarrollo que mantiene la integridad del ambiente, de la sociedad y de la cultura, protegiendo oportunidades para el futuro.
Costa Rica es de los países que más se escucha al hablar de desarrollo sostenible, en parte ya que una de las voces más fuertes a nivel mundial es la de Christiana Figueres, analista en cambio climático global, y desde el 2010 Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático.
A nivel mundial, el término Turismo Sostenible se empezó a escuchar a principios de los noventas, y la OMT (Organización Mundial del Turismo) empieza a incluir el tema en sus agendas, publicando una guía práctica en 1997. Las Naciones Unidas declara el 2002 como el año mundial del Ecoturismo. El Ecoturismo se reconoce como una actividad económica que aporta financiamiento para conserver los recursos naturales y los valores culturales, al mismo tiempo generando actividades lucrativas para las comunidades locales.
Para que sea una actividad exitosa, no solo es participe la empresa realizando la actividad turística, sino la comunidad, y el viajero en sí.
Un cambio que se ha dado en los últimos años es que el turista no solo aprecia un proveedor que sea sostenible, sino que ha llegado a exigirlo. Tanto a nivel de viajes corporativos y de placer, los clientes ahora exigen que su alojamiento y las actividades que realice sean sostenibles. Esto por múltiples factores, incluyendo empresas que no pueden deducir gastos de viajes de sus impuestos en sus países de origen sin comprobar que están utilizando un proveedor que sea carbono neutral, por ejemplo.
Esto nos lleva a certificación. Quién le garantiza al cliente que la empresa que escoge está realizando sus actividades de manera sostenible a nivel ecológico, cultural y social. Aquí es donde los empresarios deben invertir para que una entidad avalada a nivel internacional los certifique, y esa inversion es constante, y con periodicidad anual o hasta varias veces al año.